13/10/08

un asunto mediocre



vanidades
palabras que se dicen
con la boca pegada
a los nidos del viento
reverberancias de la oscura
soledad del objeto:
tantas pequeñas cosas
que en un tiempo desfilan
esclavas
y el mismo traje cubre
tus desnudas creencias
deberías volver
a la inicial pobreza
aquella inevitable
ya en esta hora cae
la gotera insistente
deberías curarte
de la herida del barro
de la grieta en la puerta
que no aisla
de ese aullido tan próximo allí afuera
-la helada ráfaga alcanza a cobijarse
en tu íntima intemperie-
ser ese hueso manoseado
que se arroja a los perros
deberías
cuando nada te alcanza
deslindar lo que sobra
devolverlo
como quien pesca y abandona
por lujuria o inercia
echar al fin al río
un nervioso aleteo
de vida que se agite
ante el soplo cercano de la muerte
ser ese pez viscoso que remonte
con más gracia que otros, la corriente
henchido de su propia sangre fría
y otra vez
sumergido en el fondo del agua
vuelva a verse
deforme
en su reflejo