16/3/08

Carta perdida o nunca enviada


¿Ves el verdín, ahí sobre esas piedras
ves la pared descascarada y sucia
las plantas amarillas
que bordean al árbol y lo asfixian
con su abrazo reseco?
Algo así tendría que pintar para mostrarte
de qué hablo cuando digo: desencanto.
De todos modos haría falta tu mirada
haría falta que vuelvas y que evoques
la vigilia empecinada de aquél tiempo,
la noción inaudita de verdad
que te ató y nos sostuvo
en la cornisa del palacio de las fiebres,
entre el atávico impulso de saltar
con los ojos abiertos al vacío
y el de hundirnos tantos años en la trampa
del sopor embellecido de los sueños.

4 comentarios:

ebrocken dijo...

Muy bueno ese tono personal, de carta, duro, amoroso y recriminatorio a la vez, que se detiene, como los implicados, en la cornisa, pero agregando la aspereza de la desilusión, el tiempo transcurrido. Me resuenan los diálogos Plath-Hughes.

inx dijo...

Gracias, Brocken. ¿Plath-Hughes? Mi idea de la des-ilusión es mantenerla viva, vivísima.

Chino dijo...

inx, hace rato que no leo algo como esto. eso.

inx dijo...

Es que usted se me desvanece en el éter, Chino... ¿qué tul?