12/3/07

Cena infinita




No es el plato frugal
ni la oración devota
no es la debida y otorgada reverencia
al pan que dios provee
para nutrir el cuerpo de los hombres,
tampoco el deslumbrante
silencio del convento a mediodía.
Cuando el sol ilumina el refectorio
se ven labios sellados y miradas furtivas.
En las almas avaras de pasiones
la impaciencia es tan cierta
como el rastro ondulante
que deja sobre el suelo la serpiente.
Los Dominicos eluden con los ojos
la cena que Leonardo no concluye
(aunque el hombre de fe siempre confíe
en rozar el corazón de un gran secreto
y sentirlo latir bajo su mano)
El Cristo queda sólo sugerido,
han pasado los meses
y el pintor interrumpe su boceto,
cada vez, la renuncia
a una forma mortal de la belleza.
En el ausente trazo del pincel
la línea, el horizonte
que conciben sus manos.

7 comentarios:

Silvia dijo...

Es hermoso el blog Inés.

Tino Hargén dijo...

Inx, felicitaciones por este lugar!

inx dijo...

Ay, déjenme, diría la Dra. Beltrán. Sin duda la nueva versión de bloggers es tan fácil que hasta yo me pude hacer un diseño.

Jorge Muscia dijo...

No sea modesta Inexita...pero algo de razon tiene,
fijese que le sustraje el poema, pero todavia no se como apropiarme de las imagenes...

MentesSueltas dijo...

Dejo un abrazo otoñal, desde Buenos Aires.
MentesSueltas

Jorge Muscia dijo...

Inexita, eureka! he llegado a una idea plastica
viable para tu encargo.

peregrina dijo...

Tanta belleza rn tus versos, acalla mis palabras.
Un abrazo.