10/3/07

Mona Lisa





El traza esa sonrisa
-su opaca epifanía entreabre las dudas-
los ojos impasibles contienen el tumulto
como el cauce cerrado de los ríos
deriva en la promesa de un agua cristalina.
Su pulso intermitente es temblor de alas rotas
que deshacen la escarcha del pincel, de los dedos.
Con lascivia de ángeles que han rozado la tierra
él cava ese destello, la funde sobre el lienzo
es el humo distante, el abrazo del aire,
apenas insinuada en volutas oscuras.
Su mirada difiere de todas las miradas
desde luego, el deseo, respira si se aplaza.
Ver. Amar. La forma permanente es forma inacabada
y aunque sople con furia el viento en cada grieta,
los lacres del olvido no sellan, todavía.

¿A quién le pertenece, de quién
es un retrato?

1 comentario:

Mónica Sabbatiello dijo...

Te enlazo ya en el bichito. Expándete, hasta el infinito inx.